Hila fino la vida
La vida está llena de coincidencias, algunas no pasan de graciosas o anecdóticas y otras rayan lo molesto. No me refiero a la coincidencia de que nadie me llame nunca y baste que me siente frente al ordenador a engullir la actualidad para que el móvil no pare de sonar con llamadas, la mayoría de las veces, poco productivas o gratificantes. Me refiero mas bien, a las coincidencias monetarias que se dan con tanta frecuencia en este caminito bordeado de cipreses que es la vida.
Terminas de pagar una letra y antes de que te plantees en que invertirás ese dinero, la lavadora te abandona, la nevera se toma unas vacaciones o el coche decide darte lecciones de mecánica empezando por el concepto de trócola, juntadeculata, alternador.
EL COCHE, el coche. EL coche merece capitulo a parte.
Hace unos años me salió, gracias a Fariskito, un trabajo de Psicólogo, la mala noticia es que era en Hueva. Y allí que iba Deni todas las mañanitas en su Fiat Tipo reserva del 88. Aunque, como era de esperar, el primer día trabajo, mientras me planteaba que cacharro comprar con el excedente de sueldo al que no estaba acostumbrado, el coche hizo UUUOOOOOooooo y me dejó en medio de la Autopista. Llegué tarde y por supuesto con unas 30.000 pts menos en la hipoteca, digo cuenta.
¿Tengo que coger el AVE a Madrid al salir del trabajo? Cojo el coche y...no hay cristal. Se han llevado solo la funda de cds y un cuarto kilo de estabilidad emocional, y así unas cuatro ventanas más..
Un par de años después empiezo a trabajar de encargado en Utrera. Primer día de trabajo. El coche echa humo raro. Llego tarde y con cientoypico lerus menos en la hipoteca, perdón, cuenta.
-Soft prefiere que vaya a trabajar en su coche porque vuelvo muy tarde la senda es peligrosa...viendo que ella no usa apenas el mío decido cogerlo. Me lo encuentro con el lateral totalmente hundido. Eje doblado. Borracho empotrado la noche anterior, atestado levantado con testigos, matricula y modelo coinciden, no el color, no hay tu tía. Reparación mas cara que coche, novia de hermano de Soft quiere comprar coche nuevo, regalito plan renove. Preferí planteármelo como un ahorro, el seguro, la gasolina, las reparaciones constantes que requiere un reserva del 88. El problema es que ese seguro y esas reparaciones estaban recién pagaditas cuando murió el coche, al igual que los seguros de las motos que me han robado, que digo yo, que ya podían robarte las cosas justo antes de que venzan los plazos, que al menos te dan la falsa alegría de ahorrar dinero. Pero no. A mi siempre me pasan estas cosas después de pagarlas, o tengo que apoquinar exactamente la cantidad que he conseguido ahorrar para x.
Este pataleo se debe a la mañana gastada en dar media vuelta y llevar el coche de Soft al taller en vez de ir a recoger un cheque. A pasarme parte de mi día de descanso caminando, en vez de navegando, y a esa extraña seguridad que tengo de que la cantidad del cheque se corresponderá levemente con la de la reparación.
Por ahora la primera medida a tomar será quitar el gecko del llavero. La segunda...
Hace tiempo, en uno de mis apretones existenciales-económicos sentía ganas de coger el coche y llegar hasta donde aguantara la gasolina. Hoy por hoy, sin coche sin moto sin vocación y sin mis ahorrillos del cajón, no creo que fuera capaz de coger ni un tren, así que me voy conformando con acabarme esta caja de dátiles que he encontrado en la cocina de casa de mis padres y esperar a que llegue la lluvia para pasarme mis días de descanso mirando por la ventana, pegándole pellizcos a los cristales.
Terminas de pagar una letra y antes de que te plantees en que invertirás ese dinero, la lavadora te abandona, la nevera se toma unas vacaciones o el coche decide darte lecciones de mecánica empezando por el concepto de trócola, juntadeculata, alternador.
EL COCHE, el coche. EL coche merece capitulo a parte.
Hace unos años me salió, gracias a Fariskito, un trabajo de Psicólogo, la mala noticia es que era en Hueva. Y allí que iba Deni todas las mañanitas en su Fiat Tipo reserva del 88. Aunque, como era de esperar, el primer día trabajo, mientras me planteaba que cacharro comprar con el excedente de sueldo al que no estaba acostumbrado, el coche hizo UUUOOOOOooooo y me dejó en medio de la Autopista. Llegué tarde y por supuesto con unas 30.000 pts menos en la hipoteca, digo cuenta.
¿Tengo que coger el AVE a Madrid al salir del trabajo? Cojo el coche y...no hay cristal. Se han llevado solo la funda de cds y un cuarto kilo de estabilidad emocional, y así unas cuatro ventanas más..
Un par de años después empiezo a trabajar de encargado en Utrera. Primer día de trabajo. El coche echa humo raro. Llego tarde y con cientoypico lerus menos en la hipoteca, perdón, cuenta.
-Soft prefiere que vaya a trabajar en su coche porque vuelvo muy tarde la senda es peligrosa...viendo que ella no usa apenas el mío decido cogerlo. Me lo encuentro con el lateral totalmente hundido. Eje doblado. Borracho empotrado la noche anterior, atestado levantado con testigos, matricula y modelo coinciden, no el color, no hay tu tía. Reparación mas cara que coche, novia de hermano de Soft quiere comprar coche nuevo, regalito plan renove. Preferí planteármelo como un ahorro, el seguro, la gasolina, las reparaciones constantes que requiere un reserva del 88. El problema es que ese seguro y esas reparaciones estaban recién pagaditas cuando murió el coche, al igual que los seguros de las motos que me han robado, que digo yo, que ya podían robarte las cosas justo antes de que venzan los plazos, que al menos te dan la falsa alegría de ahorrar dinero. Pero no. A mi siempre me pasan estas cosas después de pagarlas, o tengo que apoquinar exactamente la cantidad que he conseguido ahorrar para x.
Este pataleo se debe a la mañana gastada en dar media vuelta y llevar el coche de Soft al taller en vez de ir a recoger un cheque. A pasarme parte de mi día de descanso caminando, en vez de navegando, y a esa extraña seguridad que tengo de que la cantidad del cheque se corresponderá levemente con la de la reparación.
Por ahora la primera medida a tomar será quitar el gecko del llavero. La segunda...
Hace tiempo, en uno de mis apretones existenciales-económicos sentía ganas de coger el coche y llegar hasta donde aguantara la gasolina. Hoy por hoy, sin coche sin moto sin vocación y sin mis ahorrillos del cajón, no creo que fuera capaz de coger ni un tren, así que me voy conformando con acabarme esta caja de dátiles que he encontrado en la cocina de casa de mis padres y esperar a que llegue la lluvia para pasarme mis días de descanso mirando por la ventana, pegándole pellizcos a los cristales.
2 Testigos:
y mi comentario?? yo puse aquí un comentario!! censura!?
He supuesto que el comentario se debía a un malentendido, no volverá a pasar. Puedes volver a ponerlo si problemas.
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