La importancia de llamarse Antonio H. o Cómo ser un gilipollas y aguantar el chaparrón
- ¿Tu eres el hijo de Antonio H.?
- Sí
- Tu padre es de P. M. tío, dale recuerdos de mi parte.
- Ok, yo se los doy (a ver quién es éste)
- Te voy a decir la verdad, me pareces un gilipollas, pero siendo hijo de Antonio H. se te perdona.
- Si no me conoces de nada. Gracias de todas formas.
- Y es que pareces un capullo integral de esos que van de guuaay pero siendo hijo de Antonio H. ...
- Vale vale, ya me ha quedado claro lo que opinas de mi y de mi padre. Me resulta un poco extraño que hayas atravesado media terraza de verano a base de empujones para decirme que soy un gilipollas esperando que te responda con una sonrisa (ahora lo que se me viene a la mente son palabras tipo "mondora kunchi chagui" "san koki su nerio chagui"...) así que, encantado de conocerte y ya le daré recuerdos a mi padre.
- Ok, yo lo siento tío, pero es que te veo y me dan ganas de ...pero como eres hijo de Antonio H.
A lo largo de mi vida he iniciado grandes amistades escuchando este tipo de comentarios, a veces con matices del tipo "te voy a dar una oportunidad por ser hijo de Antonio H." o "Si eres hijo de Antonio H. tienes que ser de P. M.".
En fin, que sufro realmente estas situaciones con una frecuencia de 3 o 4 al año (ahora menos porque apenas salgo y como estoy gordito da pena.) Y eso me llevó a aceptar, hace ya mucho tiempo, que parezco un gilipollas, seguramente porque soy un gilipollas, y que encima debo parecerlo tanto que no tienen el menor pudor a la hora de avisarme (gracias a todos). Debe ser esa odiosa y lastrante comparación con mi padre la que me quita las ganar de sacarme unas oposiciones y ejercer en la enseñanza a la alargada sombra del catedrático, y que probablemente me alejó también de disciplinas como la medicina por parte de la familia de mi madre (estoy seguro que a mi no me ponen el nombre de ninguna calle o beca como a mi abuelo). Mi inevitable e indeseado alejamiento del dinero no se debe a una renuncia de mi ascendencia bancaria, más bien debe tener una razón genética basada en algún cromosoma que hace mal contacto.
Anyway, si el carácter de un hombre es el arbitro de su fortuna, la mía está a buen recaudo, y puedo presumir de saber quien soy, Un completo gilipollas con nombre de wena gente.
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