Días de verano

Me despierto, Soft ya ha arreglado la casa y está casi lista para ir a La Isla.
Me pongo el bañador y grabo un cd que no nos sirve de nada porque el coche del hermano no lee mp3 (acabo de darme cuenta de que una de las características del siglo XXI es que los objetos que más utilizamos leen).
Carretera y toalla, por fin. Pero no, a la altura de Los Palacios nos encontramos con caravana. Cogemos el desvío Utrera- Los Palacios y nos topamos tras la curva con unos de esos peajes escondidos, no señalizados, que no llevan a ninguna parte pero joden a todo el que intenta evitar la autopista.
Otra vez será. Hoy nos conformamos con comer en ese chino que tanto le gusta a Soft y que pese a la fama de baratos que tienen los chinos (los restaurantes) te permite escoger entre el pollo con piña natural a 8.5o€ o el pollo con piña de lata a 6.50€.

Nosotros salimos del chino y el resto del mundo sale de Piratas 2. Los piratas están de moda, de nuevo.
Un coche de policía aparca en un lado mientras en la acera opuesta un gorrilla, alertado por su compañero, se mantiene agachado, escondido. ¿Qué habrá hecho? ¿Has sido tú el que ha jodido el coche de Soft hijodeputa? Lo pienso pero me callo, y también me aguanto las ganas de hacer una foto a la curiosa escena.

Y así son nuestros días de agosto.
Me pregunto a qué dedican el tiempo los demás.