un viaje. o dos. o tres. (ausencia de fotos por cortesía de blogger)
Primera parada; Alicante. Alguien que se ha criado en el Atlántico tiene dificultades para adaptarse al tan nombrado Mediterráneo. Las playas de Cádiz son (o eran) luminosas, espaciosas, revueltas, peligrosas y en algún caso vírgenes. El Mediterráneo se ha encargado de eliminar todo lo potencialmente salvaje de sus playas, convirtiéndolas en una especie de parque temático; puedes pasártelo bien, pero sigues pensando que se nota demasiado el decorado. No pude ver a Mickey Mouse pero sí a Bender, al menos a un Bender de arena. Alicante sirve también para comprobar que cualquier persona de más de 60 años tiene dos intereses fundamentales en su vida; conocer qué tiempo hará mañana y aparcar el coche cerca de casa. Gran descubrimiento el de los fartons.
Segunda parada; Valencia. Calatrava es Calatrava. La Ciudad de las Artes y las Ciencias impresiona sin necesidad de entrar, pero dentro hay una exposición sobre la tecnología en el deporte en la que nombran a Bill Bowerman. Y K se sorprende. Y otra sobre la “alfilodeloimposiblesca” aventura de Sir Ernest Shackleton.
Tercera y quinta paradas; Zaragoza (de ida y vuelta). La Basílica bien, mejor la Seo, aunque al Obispo le sentará fatal que la parte más bonita se vea desde fuera. Mudejar. Tuve miedo en la Basílica del Pilar. En uno de los milagros más famosos (el de Calanda), el afortunado fue un pobre creyente que perdió una pierna. Una noche de 1640 soñó que estaba en la Basílica y al despertar comprobó que tenía dos piernas, o sea, una más que la noche anterior. Salí del Pilar con los mismos problemas cardiacos, pero al menos la virgen no me impuso una pierna de más. De la Basílica no tengo fotos, pero sí del grafiti de zeta.
Cuarta parada; Lanaja. Uno de esos pueblos en los que el cartel que anuncia el nombre es casi tan grande como el pueblo en sí. Los pueblos tienen cosas de pueblo, como las carabinas, o llamar castillo a una ermita. En los pueblos todo el mundo dice que se aburre pero ese es uno de sus mayores encantos. Porque en los pueblos sólo hablas con gente de fuera y criticas a los del lugar. Así se explica que en una conversación entre 6 personas, 4 conocieran a Van Bran 3000. Besos a todas.
Segunda parada; Valencia. Calatrava es Calatrava. La Ciudad de las Artes y las Ciencias impresiona sin necesidad de entrar, pero dentro hay una exposición sobre la tecnología en el deporte en la que nombran a Bill Bowerman. Y K se sorprende. Y otra sobre la “alfilodeloimposiblesca” aventura de Sir Ernest Shackleton.
Tercera y quinta paradas; Zaragoza (de ida y vuelta). La Basílica bien, mejor la Seo, aunque al Obispo le sentará fatal que la parte más bonita se vea desde fuera. Mudejar. Tuve miedo en la Basílica del Pilar. En uno de los milagros más famosos (el de Calanda), el afortunado fue un pobre creyente que perdió una pierna. Una noche de 1640 soñó que estaba en la Basílica y al despertar comprobó que tenía dos piernas, o sea, una más que la noche anterior. Salí del Pilar con los mismos problemas cardiacos, pero al menos la virgen no me impuso una pierna de más. De la Basílica no tengo fotos, pero sí del grafiti de zeta.
Cuarta parada; Lanaja. Uno de esos pueblos en los que el cartel que anuncia el nombre es casi tan grande como el pueblo en sí. Los pueblos tienen cosas de pueblo, como las carabinas, o llamar castillo a una ermita. En los pueblos todo el mundo dice que se aburre pero ese es uno de sus mayores encantos. Porque en los pueblos sólo hablas con gente de fuera y criticas a los del lugar. Así se explica que en una conversación entre 6 personas, 4 conocieran a Van Bran 3000. Besos a todas.
1 Testigos:
A pesar de ser las vacaciones más económicas de nuestras vidas... "Momento cursi": han sido las más enriquecedoras. Gracias por tu paciencia y por adaptarte tan bien al aire monegrino ;-)
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