27.8.06

Post colilla

Si yo fumara, esperaría de pie, apoyado en una pared o farola.
Tendría unas 20 excusas para entablar conversación y otras tantas para aceptarla.
Si fumara, mi deplorable forma física sería consecuencia directa de hábitos que sí querría erradicar.
Aprendería a hacer círculos de humo y a destrozarlos de un soplido.
Compraría caramelos para el mal aliento.
Pasaría parte de las veladas en el balcón viendo a la gente pasar sin miedo a ser indiscreto.
Echaría cuentas a menudo comprobando que mi electrodoméstico soñado se evapora a cada calada, que mi futuro coche va perdiendo prestaciones en cada exhalación.

Si fumara tendría que modificar la distribución de mis cajones, de mis bolsillos, de mi vida.
Toda mi ropa olería a humo y no solo la que llevo puesta.

Si fumara, me tomaría un descanso. Encendería un cigarro, daría una calada profunda y expulsaría el humo lentamente mientras apoyo mi cara en la palma de la mano. Jugaría con el cigarro entre los dedos, haciéndolo rodar, mientras pienso cómo demonios se termina un post que no sale como quieres.
Supongo que todo consiste en dejar que se vaya consumiendo, apoyado en el cenicero epistolar que es blogger.