Dátiles 3
Esta mañana he bajado a comprar el periódico y me lo he cruzado. Se está convirtiendo en una pesadilla.
Se llama Ángel. Al menos así le ha saludado el hombre del kiosco. Me ha tocado un hombro y se ha colocado rápidamente en el hombro contrario, como si fuera un crío gastando una broma. Lo he mirado y ha seguido su camino como si nada, dejándome ahí parado.
Llevaba dos bolsas de la compra, una en cada mano. La izquierda estaba repleta de cajas de dátiles (desde que vino por primera vez les he cogido asco) la otra bolsa estaba cargada de botes de lejía, no sé cuantos pero la bolsa parecía pesar mucho.
Por primera vez lo he visto sonriendo. Le faltan los molares a excepción de una muela del juicio, picada y negra como el betún. No obstante, con la boca cerrada parece agradable, me atrevería a decir atractivo. Además, Su forma de vestir y sus maneras sugieren una posición acomodada. Sin embargo...
Me gustaría saber algo más de él aunque reconozco que le temo.
Algo me dice que no tardaré mucho en volver a verle.
1 Testigos:
Suena el timbre.
Uff!! Es el correo, por un momento creí que iba a ser él.
No tengo ningún motivo para desconfiar de una persona que no conozco, que camina por la calle haciendo bromas a desconocidos, o que llama por teléfono aún a expensas de recibir una respuesta desagradable por ello. No! no tengo por qué desconfiar.
Un día más salgo a la calle con la extraña sensación de estar siendo observado desde cualquier ventana, tras algún visillo (transparenete), con la impunidad del anonimato, pero sabiendo/conociendo a ciencia cierta quién escudriña mi intimidad sin poder hacer nada para impedirlo, aunque para ser sinceros me atrae y me activa los sentidos saberme "estudiado".
Me gusta, pero necesito algo más, habrá que apostar a ganador, habrá que cambiar algo (recorrido, hora...), habrá que poner trampas, habrá que rotar el rol...
No sirvo para ser pasiva, lo siento, y esto me ilusiona
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