7.12.05

El color de la sangre de toda la vida

La otra noche vimos 7 Vírgenes, y digo vimos porque Soft permaneció despierta todo el tiempo.
Debo reconocer que la película es bastante real, no veo tópicos e incluso diría que los personajes están tratados con cierta distancia (sí sí, distancia) de forma benévola.
Me gustan los últimos 5 minutos de película, me encantan los últimos 30 segundos y me fascina el último fotograma.
La cara de Ballesta me dice mucho, me dice tanto que, estos días, agobiado buscando aparcamiento por culpa del rodaje de su última película (la última que protagoniza) me imagino esa misma cara, esa misma escena, solo que esta vez no le persigue la imagen de su futuro, le persigo yo, con una cámara, con un móvil con cámara, con un reproductor de mp3 con cámara, con una cámara de plástico de las que echan agua... lo importante es retratarlo, dejar reflejado en el blog que por culpa de su película y los coches de sus compañeros yo tengo que hacer un viajecito-vuelta de mas de 45 min. para encontrar aparcamiento.

Y anoche tocó Sin City. Me encantó. No recuerdo bien si Javi Mae llegó a dejarme los comics o los tengo pendientes, el caso es que la película es puro Frank Miller, a veces me parecía estar escuchando a Daredevil, viera a quien viera era evidente que estaba leyendo un comic, es la película más comic que he visto, es más, creo que es el comic más cinematográfico que he visto.
Soft me pregunta porqué la sangre es blanca, yo la veo del color de toda la vida, no sentí la más mínima extrañeza al ver la sangre. La sangre siempre ha sido así cuando las viñetas están en blanco y negro.
Una lástima que las actrices afamadas tengan reparos en seguir la escenografía a pie de viñeta, y esta vez el director las tenía todas consigo para decir eso de exigencias del guión.
Esta noche toca ver algo tranquilito porque entre una y otra acabo soñando con ninjas cercenando y cercenando, niñatos cercenando y cercenando y a mi, si la gente está cercenando, me entra un cerhambre cerbrutal.