El surrealismo caló

Imaginaos la escena...

Sala de espera de urgencias de un conocido hospital sevillano.
Gente por doquier, gente por tos laos, gente y más gente...

Accede al interior una señora asiendo de la mano a su infante (no más de añito y medio), desnudito él, oscurito de piel como su amada madre, tan sólo calzado con la típica SHANCLA o BABUSHA sevillana, memorable, surrealista...

Y entonces ocurrió...

Ese shikillo que en su innata candidez, realizando un ágil (a la par que gracioso) movimiento de tobillo, lanza primero una y luego el par de su calzado al infinito, dejándo (ahora sí) su cuerpecito totalmente "encuero", y héte aquí, que su magnánima madre en un alarde de educación y "savoir faire" ZAMARREA violentamente al prepúber, gritándole al tiempo: "niñooooooooo, ponte los sapatooooooooooo"

Y yo que miro a un lado, y miro al otro, y pienso... sí señor, a los niños hay que educarles bien, hay que darles ejemplos, hay que demostrarles con actos qué está bien y qué está mal, y no puede uno ir por ahí lanzando el calzado sin más, aunque con ello realmente consigamos ir conjuntados con el resto de nuestro "atuendo", no señor, eso no se hace...