El pianista soy yo (el amnésico)

Yo soy el pianista amnésico del que hablan. Seguro que soy yo.
No hablo con nadie sencillamente porque me da vergüenza reconocer que intentaba ahogarme. Y mis ropas tienen las etiquetas arrancadas porque compro en los insufribles Fatory.
Lo recuerdo perfectamente. Hace algún tiempo mi vida empezó a zozobrar. Vagué a la deriva en el mar de la indecisión tragando una y otra vez mi propio respeto.
En las costas de Inglaterra me encuentran. Me dan un papel y dibujo un piano, y vaya piano. Un grabado, un piano dibujado con tal calidad...y buscan a un músico perdido. ¿Porque limitan tanto mi búsqueda? Buscad al artista y no al músico.
No tienen visón comercial. Después del dibujo del piano me dieron un piano en vez de darme más hojas en blanco para seguir dibujando. Debí haber dibujado algo etéreo, una fortuna, haber dibujado tal vez miles de hojas en blanco en aquel papel.
Se dice por ahí que no soy un virtuoso del piano, simplemente bueno, dicen. Y que esperaban si es la 1ª vez que tengo un piano de verdad en mis manos, y encima se han llevado mis rotuladores.
Me cambiaron de centro. Aquí me aburro mucho y nadie me entiende. Esta mañana vinieron unos hombres sonrientes pero serios que me traían “un regalo que te va a hacer feliz”, era un órgano de esos electrónicos tipo Casio VL-Tone, pero mas grande y pesado, no se donde guardarlo, así que siempre esta sobre la cama y cuando alguien lo ve me pide que lo toque. Ni un solo lápiz, ni un mísero rotring.
Se está montando un pollo muy gordo entre las personas que me rodean. Las monjitas quieren que toque en un acto benéfico el miércoles, pero el miércoles ya lo tengo cogido, según el director del centro, para un festival benéfico en beneficio de los afectados por la SGAE, que seguro que se lleva beneficios beneficiosos con esta historia a la que le falta una prota que beneficiarse.
Intercalaba Help de los Beatles en mi repertorio, pero solo sirvió para que me trajeran más partituras clásicas. “no recuerda mas” decían. Me piden que me ziña a los clásicos, que tienen mas tirón y no se paga derechos de autor.
También comentan que la historia es demasiado parecida al argumento de una película muy reciente y promocionable.
No me gusta la foto que muestran en televisión. Me la hicieron justo en el momento de enseñarme el pianito de cola de los coj. Y claro, me asusté.
¿Que no encuentran a mis familiares? Deja que se empiece a hablar de la similitud con otras películas y de derechos de autor del guión y aparecerán, a miles.
El caso es que no me agrada ver la popularidad que está alcanzando mi caso en la televisión. Me abruma. Solo quiero que me dejen dibujar tranquilo. Me fui a la playa porque es el lienzo más grande que conozco.
Si puedo me voy otra vez, a otra playa. Tal vez Miami. Ya veré qué dibujo entonces.