02.06 Más sobre Madrid

En realidad no creo que sea Madrid, podría pasar en cualquier lugar con la única condición de que esté tan alejado que nadie te conozca. Es extraño cuando alguien se enfrenta a ti sin ningún conocimiento previo. En 10 minutos se habrá hecho una imagen de ti, te tratará de ese modo y antes de que quieras darte cuenta, estarás respondiendo a esa imagen como un espejo. Aquí no hay conversaciones como esas geniales en las que A le habla a B del mal momento de C, del mismo modo que C había hablado con B del mal momento de A. B también está mal, pero ya lo hablarán mañana A y C. Aquí llegas, hablas durante 5 minutos y a partir de entonces a devolver esa imagen. Y yo suelo hablar mis primeros 5 minutos con un cliente, desde el otro lado de un mostrador y tratando de ser lo más educado posible.
Aquí soy un tipo duro. Soy un cristal kubrick. En el trabajo me rodeo de tanta reina que cualquiera que no se depile cada cuarto de hora se convierte en un macho rudo. Y yo, con 170 y 60kg, me convierto en todo un macho.


Y eso que mi gimnasio de ahora no es como el de antes. Quiero decir que en este gimnasio incluso puedes entrar en la sauna, y las pocas veces que han pillado a alguien confundiendo el uso con el de otro tipo de saunas, lo estaban haciendo sólo en pareja. La cosa es que estoy hecho un machote y además soy una persona alegre y equilibrada. Soy el ejemplo de cualquier cosa. ¿Cómo lo hará ese tipo? Siempre sonríe, nunca trata mal a nadie, anormalmente equilibrado, eficiente, feliz. Alguien de mis días sevillanos puede sorprenderse, puede reírse porque sus cinco primeros minutos no fueron así. Aquí nadie sabe que fui lesbiana. Aunque creo que eso fue hace mucho.