22.12.05

Cuando era pequeño miraba televisores...


Cuando era pequeño acompañaba a mi padre a hacer la compra. Al pasar por la puerta le pedía permiso para ir a la sección de electrodomésticos, que siempre estaba junto a los vinilos.
Miraba los discos. Miraba los televisores y trataba de entender las prestaciones que aparecían en la etiqueta o adivinar la función de cada botón.
Me dirigía a los vídeos de 4 cabezales, ya había alguno estéreo.¡Wuauuuu sp/lp! 8h de grabación para guardar todos mis vídeos musicales (viva Johnny Gleg & Sabuka, viva tirititrent D'arby, viva dire straits, viva Def Leppard...)
En el escaparate de los walkmans casi nunca había nada interesante.
En Irlanda compré mi primer walkman digital. La gente se metía conmigo mitad envidia mitad por el tamaño del walkman (no se le puede pedir peras al un olmo digital y menos a principios de los 90). Había visto alguno antes en algún aeropuerto, en manos de alguna alemana, aunque hoy por hoy creo que se trataba de un minidisc. Ahora pienso que aquella mujer debía sentir pavor al notar el cercano aliento de aquel imberbe con pinta de españolo que no dejaba de mirar a su reproductor.
Otro escaparate para babear era el de los relojes, creo que llegué a contar 6 casios en perfecto estado en mi cajón. El de las 13 melodías con pentagrama(para salir a fardar) , el calculadora, el de ir a entrenar (sabréis cual es porque lo llevan todos los albañiles, parece que además de barato es de los más resistentes a caídas, golpes y manchas), el simple de hierro con correa de hierro que pesaba más que los primeros móviles...
Cuando terminaba mi investigación me dirigía hacia la sección de pescados, que solía dividir en dos mitades al hipermercado y desde ahí me hacía un largo mirando en cada calle hasta encontrar el carro de mi padre. Lo miraba, me daba la vuelta y volvía con un par de pizzas congeladas y a conducir, a tratar de evitar chocar con el resto de los carros que no te permitían coger velocidad. Y esas malditas cuerdecitas enredadas en una de las ruedas que hacían que te pasaras mas tiempo tirando del lateral que del asa (con el tiempo descubrí que se les pone a propósito para que el carro se desvíe hacia el lado donde están las cosas que más se quiere vender).
Hoy es distinto. Es difícil que vaya a la compra porque Soft siempre se sacrifica. A no ser que pase mas de 50 min. en casa estando ella. Entonces cojo el carrito. Ya no llevo reloj aunque siguen gustándome (el último que compré fue uno con función mando a distancia que por cierto abre puertas de garajes y según que coches), pero sigo llevando Walkman (hoy en día reproductor mp3 como el ZEN de Fariskito), sigo parándome frente a los televisores y los equipos de música. Y cuando vuelvo mi mirada al carro, saco una de las pizzas y la devuelvo a su sitio para que haya más espacio para los champiñones de Soft. Y a conducir, y esas malditas cuerdecitas que se siguen enredando en una de las ruedas ¡Anda, desodorante! ¿Compramos desodorante? está de oferta...