Cualquier día llaman a la puerta, y eres tú
Hace algún tiempo, en uno de mis intentos por alejarme del altruista y poco reconfortante mundo de los Menores (yo generalizaría a cualquier tipo de trabajo de ayuda social) me vi pateando la calle, acompañando a una comercial de un portal de internet, lo que podía convertirse en mi próximo trabajo. No tuve la menor dificultad al entablar conversación con los dependientes o encargados de los locales que visitábamos, pero no me gustó lo mas mínimo, por mucho dinero que se gane.
No soporto sonreír (por mucho que digáis que siempre lo estoy haciendo) a cualquier capullo que te trata como a un estorbo. Ni me hace gracia tratar de vender algo que no me han pedido y que tal vez no necesiten, o piensen que no necesitan. Lo veo como una intromisión, un allanamiento, Spam después de todo. Además, no me gusta nada arreglarme al estilo clásico, por mucho que Soft se re-enamore de mi. Tal vez no sea una actitud adecuada pero pensé que no quería desperdiciar los años gastados en sacar una licenciatura, en pasear por la calle con una carpeta, una sonrisa, un reloj sin horas y mil negativas. Al menos no a esas alturas de mi vida (no había llegado a la treintena y la hipoteca pesaba mucho menos que yo).
¿Que porqué os cuento estas cosas?
Os las cuento porque acabo de cerrarle la puerta con mala cara a un tipo cuya pinta no me ha gustado nada, que venía a ofrecerme nosequé seguro.
Os las cuento porque no dejaré de poner malas caras a todo el que llame a la puerta por estas fechas, pero sé que tampoco dejaré de sentirme mal por hacerlo. Porque tal vez no sea mas que una persona que busca cambiar de trabajo y su hipoteca pesa más que él. Y porque siempre que cierro la puerta, me veo la barba de 4 días en el espejo, me miro las chanclas y los pantalones, y pienso que con ropa de ir al parque o salir a la playa, no vendería nada.
No soporto sonreír (por mucho que digáis que siempre lo estoy haciendo) a cualquier capullo que te trata como a un estorbo. Ni me hace gracia tratar de vender algo que no me han pedido y que tal vez no necesiten, o piensen que no necesitan. Lo veo como una intromisión, un allanamiento, Spam después de todo. Además, no me gusta nada arreglarme al estilo clásico, por mucho que Soft se re-enamore de mi. Tal vez no sea una actitud adecuada pero pensé que no quería desperdiciar los años gastados en sacar una licenciatura, en pasear por la calle con una carpeta, una sonrisa, un reloj sin horas y mil negativas. Al menos no a esas alturas de mi vida (no había llegado a la treintena y la hipoteca pesaba mucho menos que yo).
¿Que porqué os cuento estas cosas?
Os las cuento porque acabo de cerrarle la puerta con mala cara a un tipo cuya pinta no me ha gustado nada, que venía a ofrecerme nosequé seguro.
En estas fechas, siempre que algún desconocido llama a la puerta, abro y cierro con mala cara.
- Porque pienso que se trata de una banda organizada de desvalijadores comprobando objetivos esperando hacer su agosto.
- Porque me pillan en un momento crucial de mi simbiosis ordenata-deni deni-ordenata.
- Porque no me cuadra que alguien contrate para hacer encuestas o vender un producto a una persona que no solo no se afeita en semanas, sino que viste como si faltaran 5 minutos para su salida a la playa o su paseo por el parque.
Os las cuento porque no dejaré de poner malas caras a todo el que llame a la puerta por estas fechas, pero sé que tampoco dejaré de sentirme mal por hacerlo. Porque tal vez no sea mas que una persona que busca cambiar de trabajo y su hipoteca pesa más que él. Y porque siempre que cierro la puerta, me veo la barba de 4 días en el espejo, me miro las chanclas y los pantalones, y pienso que con ropa de ir al parque o salir a la playa, no vendería nada.
3 Testigos:
No me podría re-enamorar de tí, porque nunca he dejado de estarlo.
Deni, eres un poeta...
Soft, eres un encanto...
(kike, eres)
lo que fran quiere decir es: kike, eres un ausente, y puede que a alguien le guste cuando callas y todo eso.
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