11.4.06

El síndrome de Proust

Me estoy tomando un whisky y me vienen recuerdos. Recuerdos de El Piso.
El Piso es el cuchitril donde vivían K, Villa, Mac, Fran, Arancha, Antoine (que no vivia pero tenía cajones propios) y alguno más.
Me acuerdo mucho del piso. Eso quiere decir que me acuerdo de Boris Vian, Oscar Wilde, Pixies, Radiohead, Sleepy, horas de cine, horas de música, horísimas de duelos al sol con la N64, friends apagando las luces y dando palmadas al compás de la sintonía, noches de alcohol barato previas o posteriores a un examen, noches de alcohol barato previas o posteriores a una tarde cualquiera.
Todo esto me viene a la cabeza por el simple hecho de haber comprado whisky para futuros invitados (yo bebo ron pero siempre hay alguien que se queja). Como buen indeciso cojí una botella de ballantines para posteriormente cambiarla por una de White Label mientras miraba de reojo a Juanito el caminante. Al final pudo más el sentido común y mi situación economicolaboral me soltó una indirecta acerca de la buena pinta que tenía el whisky autoctono de la famosa región de supermercados metadona.
Soft se queja del aliento que se me ha quedado con solo un par de buchitos. Es lo que tiene ser un buen amigo, que hay que probar las cosas antes de envenenarlos.
Por ahora sigo vivo, aunque me están entrando ganas de dejarme barba, vestirme de verde y esperar con una olla llena de oro al final del arcoiris, aunque por momentos me seduce más la idea de montar en mi caballo y gritarle al mundo que podrán quitarme sdg-es.org pero jamas podran quitarnos ¡Nuestra Libertaaaaaaad!