Yo no estuve con Encarna Sánchez
Tras el bombardeo rosa al que me veo sometido esta Semana Santa, y viendo la cantidad de secretos que piensan desvelar y las tumbas que abre el aburrimiento. He de anunciar que jamas de los jamases estuve con Encarna Sánchez. Que solo la conocí de oídas radiofónicas involuntarias y de referencias tales como Martes y Trece así como la anécdota de la llamada del camionero, que después de darle un premio "en el aire" llamo para disculparse, disculpa que acabó en otro premio. Es que no hay que fiarse de los camioneros que van cargados de melones.
Ha sido deniman a las 4:32 p. m.
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Ya que sacáis el tema: yo tampoco estuve con Encarna Sánchez, pero en mi oficina sí hay alguien que estuvo con ella muchas noches; marcándole el ritmo, recordándole las pautas publicitarias, era el principio y el fin de "Encarna de noche".
Era... su reloj.
Un reloj pequeño, de color rojo, de números, que un día, de la noche a la mañana, desapareció de los estudios centrales de Madrid, para empezar a marcar el ritmo de vida de los que trabajaban en la misma casa a 40 kilómetros.
Un reloj coloraó, cuya ausencia marcó la ira de Encarna una noche, que al llorar su perdida amenazó con no empezar el programa hasta que no apareciese su amado compañero.
Como "Alicia en el País de las Maravillas", también Encarna tenía un reloj por compañero y no se apellidaba Ximénez, ni Pantoja, sino switzerwatch.
Yo... nunca estuve con Encarna, pero convivo a diario con su amado marcasegundos.
No me he atrevido hasta ahora a contarlo, pero los propietarios de "Blogepistolar" me han ofrecido una pasta por esta historia y no he podido evitarlo. Porque una es honrá... pero no tonta.
Por supuesto tu no tienes nada que ver con la desaparición ¿verdad?
No digas que hay dinero de por medio que nos cierran la página ;o)
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