vuelvo a ser yo

creo que vuelvo a ser yo. Algunos indicios parecen indicarlo. Hay gente que me conoce desde hace una semana y ya se atreve a decir que siempre me rio. Una llamada para lo que debería ser una cita absolutamente comercial se convierte en dos entradas para un concierto. Soy tan yo que ni siquiera me planteo qué es una cita "absolutamente comercial" ni cómo alguien puede unir semejantes palabras. Porque vuelvo a entrenar y me siento como si nunca lo hubiera hecho. Porque tengo un compañero de trabajo actor (en Madrid todo el mundo es actor o dj). Porque he vuelto a cambiar de peinado y volveré a hacerlo pronto para ponerme mi colección de sombreros. Porque me paseo por Fuencarral. Porque el artículo sobre las escaleras mecánicas me pareció apasionante y porque el libro sobre los dones del zen está casi volteado. Porque siempre quiero estar en el lugar que debería estar, por si alguien me entiende. Soy de nuevo el afortunado de siempre, el tipo que se encuentra un reproductor mp3 de 20 gb (con música de portishead incluida). Vuelvo a ser yo porque en la misma semana me han dicho que hablo mucho y que hablo poco y porque no quiero ser actor ni dj. Pero sobre todo soy de nuevo yo porque tengo nuevo nombre. Nada de K, de Guillermos ni millhouse, de nombres moros, de agentes naranjas ni meteoros. Rebautizado como debiera por una actriz (en Madrid, claro) y una publicista. Directamente desde el futuro, el primer superheroe sin televisión en casa: H.I.: Hetero Intelectualoide.