Confieso que robo

Bueno, no lo hago, porque no me atrevo. Desgraciadamente mis principios morales vencen. El ángel del hombro izquierdo es culturista y el diablo en el derecho está siempre de baja. Pero me encantaría, en serio, aunque solo en grandes y abusivas superficies.
Cada mes tendría un detalle para mis seres queridos. Sería el tipo más espléndido que se haya visto en un cumpleaños. No haría falta hablar de tecnología y recomendar cacharros porque me bastaría con enseñar los propios.
Además está el placer. Se que es placentero porque lo he estudiado. Según la Teoría del Proceso Oponente cada robo sería un momento mágico del que disfrutar. No sé porque se empeñaban en poner el ejemplo de los paracaidistas en la facultad cuando al robar, además del placer está el refuerzo material.

Ahhh, como me gustaría ser capaz de meterme un par de libros en la riñonera, un par de iPods y Zen Micros en el chaquetón, un cd de la sección de novedades a la semana (quien quiere internet si puede robar).
¡Que gustazo renovar el vestuario! Vestir a la moda, desechar todo aquello que no nos satisfaga.
Pero no soy capaz.

No soy capaz y nunca he sentido la tentación (o casi). Pero es que estoy harto de las miradas de los seguratas (uff ya utilizo terminología del gremio) mientras avisan con el walkie al compañero que me dirijo a la segunda planta. Harto del tipo de la chaqueta y la mirada inquisidora cuando estoy a punto de pasar por el sensor al salir. Harto de la mujer que se agarra fuertemente el bolso cuando nota que camino tras ella. Harto del pescador que no quita la vista de su moto cuando corro y paso junto a ella.
Harto de sentirme culpable sin haber hecho nada.
¡Se acabó ser el único que devuelve carteras perdidas intactas! ¡Se acabó avisar de que se ha caído dinero del bolso! ¡Se acabó avisar a la dependienta que a los pantalones se les ha caído el imán!
Quiero adquirir, tener, poseer, regalar, impresionar, ser pillado, multado, fichado, encarcelado, remunerado por el tiempo correspondiente a mi estancia y salir con ganas de más.
Os comunico que de ahora en adelante voy a delinquir, voy a grabar mis películas favortias y dejárselas a mis amigos. Voy a bajarme películas malas para no sentirme estafado al comprar la entrada, voy a seguir coleccionando música por el simple placer de escucharla, y por supuesto, si es buena, voy a compartirla. Y eso, a partir de ahora será delinquir.
Porque ahora, el único que puede apropiarse de lo que no es suyo de forma legal es la SGAE (o ser Seleccionador Nacional de España, el único oficio en el que te renuevan el contrato por 4 años cuando no cumples expectativas y después te dan un puesto en la federación). Pertenecer a ella sería la mejor forma de salir impune evitando castigos que en otros países me harían temblar.

PD: Ésta es mi forma de luchar contra la SGAE, sus lobbies, la LPI y todas las injusticias que derivan de ella. Cualquier acción que implique a inocentes o cree destrozos o desperfectos en una propiedad ajena no va conmigo. No es así cómo quiero vencer.
Decía Isaac Asimov que "La violencia es el último recurso del incompetente" y nosotros, hasta ahora, no lo parecíamos.