10.3.05

Cosas Que me encantaria saber/poder/hacer

Hace un par de semanas leí en alguna de las mil paginas que visito frecuentemente (gracias feedmania) un articulo o post relacionado con el manejo de luces de edificios para el propio beneficio (esa debe ser la definición de la palabra a inventar o descubrir) reconozco que no
le presté demasiada atención al articulo debido a lo próximo que se encontraba a los titulares del tipo "científicos nepalíes descubren que el ADN del elefante y la manzana son mas parecidos entre si, que el del hombre y el mono". Sin embargo, antes de anoche, volviendo del trabajo a eso de la 1:30 a.m. y mientras sobrevolaba peligrosamente Sevilla al pasar por el 5º Centenario, me encontré con la sorpresa de que el edificio que se hallaba tras el monumento verdiblanco inacabado estaba parcialmente encendido, selectivamente encendido, rubricada y autografiadamente encendido diría yo. Te lo juro, no recuerdo si ponía Pepe Pedro Pilar o Palurdo. Porque supongo que por muy grande que sea un edificio, si tienes mala letra tienes mala letra. El hecho es que heme ahí, peligrosa y mortalmente envidioso, con la cabeza girando hacia una derecha cada vez mas atrasada y tapada por edificios. Por ponerte en situación te diré que estaba sufriendo una mutación hibrida entre la niña del exorcista y una jirafa (se que bastaría con mutar a Reed Richards, aunque si hablamos de mutar solo habría que convertirse en Mística pero bueno.) Descubrí entonces algo que me encantaría saber/poder y que nunca me
atrevería a hacer, y pasé entonces a enumerar las 101 cosas que me encantaría saber/poder y que nunca querría-me atrevería a hacer. Por ejemplo, me gustaría poder entrar en La Casa Blanca cuando me viniera en gana (no voy a decir aquí con que intenciones.) o meterme en Madrid Rock y no salir hasta haber escuchado uno a uno todos los cds. Aunque reconozco que mis debilidades me tiran mas para la Fnac.
La imagen de Madrid Rock vacía conmigo dentro junto a una pila de cds me trae a la mente ese sueño que tenia de pequeño, y que supongo que todos habremos tenido alguna vez, de ser la única persona en la tierra (por razones que no te planteas a esa edad porque te fastidiarían el sueño) y dedicarte a probarlo todo, entrar en todas partes y sobretodo recorrer el mundo cambiando de coche según el combustible escaseara.
Por supuesto que a esas edades tampoco te planteas que no sabes conducir, y que como haya otro niño soñando lo mismo en la misma ciudad os vais a pegar un castañazo en cualquier semáforo a rojo pasado. Pero lo que más me gustaría hoy por hoy, a parte de encontrar un trabajo que no me tocara les pelotes (aunque ahora baste con uno cualquiera, con pelotes o sin pelotes) sería escribir un blog, incluso me conformaría con una bitácora. Pero no me atrevo. Por eso me conformo con escribirte a ti. Mi cibernética y lejana mitad.